
La segmentación de tareas permite a las empresas aumentar la rentabilidad de su cadena de suministro, teniendo la posibilidad de enfocarse en cada tipo de cliente y/o producto de su cartera.
Con una estrategia enfocada en beneficios, es posible tener una cadena de suministro más rentable y, a la vez, garantizar un mejor precio final de los productos.
Muchas empresas hoy en día siguen utilizando la vieja filosofía de “uno para todos” en sus procesos y políticas de suministro.
Xavier Ordóñez, Director del área de Estrategia y Operaciones en la consultora Deloitte México, revela en su informe anual sobre tendencias que, en promedio, 35% de la cartera de clientes y productos de una empresa tienen cadenas de suministros muy mal administradas y con bajo nivel de rentabilidad.
Las alteraciones en la variabilidad de la demanda y la falta de control del gasto de combustible (desconocimiento de las ventajas de las tarjetas de gasolina o uso de tarjeta de gasolina) están citados en el informe 2015 como los mayores problemas de hoy en México para las distintas cadenas de suministros.
La recomendación es tener políticas de segmentación estructuradas (por tipo de cliente y por producto) para reducir significativamente el impacto de la variabilidad de la demanda.
Nuevas prácticas claves
Definir una estrategia completa para una cadena de suministro tiene implicaciones para muchas áreas, que van desde los proveedores hasta el cliente final.
La administración de la cadena de suministro va más allá de controlar gasto de gasolina con tarjetas, del control de flota de vehículos y de la selección de vehículos utilitarios para pyme.
La segmentación está fundamentada en el análisis de datos sobe la dinámica de la demanda de cada producto y la rentabilidad de llegar hasta los clientes (incluyendo el servicio posventa).
Solo este análisis proporciona la información útil para adaptar los niveles de servicio y establecer las políticas con un solo objetivo: aumentar la rentabilidad global de la cartera, sin dejar de proporcionar un servicio fiable y adecuado.
Lo único seguro es que, varias veces al año, hay que cambiar con frecuencia los procesos.
El panorama actual, que cambia rápidamente y la naturaleza en sí de los negocios, implica la necesidad de un análisis inteligente y el desarrollo de 10 nuevas prácticas:
1. Hacer un análisis semestral de costos
2. Implementar políticas de una demanda diferenciada, enfocándose en la segmentación
3. Implementar políticas de inventarios diferenciadas
4. Implementar programas de reposición de clientes diferenciados
5. Implementar programas de reposición de proveedores diferenciados
6. Implementar análisis trimestrales de los costos de “outsourcing” de tareas básicas
7. Implementar asignación diferenciada y ordenar las promesas de venta y de servicio
8. Incorporar compensaciones mensuales y semanales contra metas de rentabilidad
9. Implementar un centro de optimización de negocios para el aprendizaje continuo del área de logística
10. Automatizar controles, procesos y revisiones por segmento