
Todas las empresas siguen un proceso al relacionarse con los clientes. Al ofrecer un valor agregado a la experiencia de venta la mejoran y aseguran un ciclo de vida del cliente más rentable y duradero.
El proceso de venta lo conforman varias actividades diseñadas para identificar a los prospectos y atender a sus necesidades con el fin de conducirlos a la compra de un producto o servicio.
Está dividido en seis etapas que llevan una secuencia lógica y buscan producir una reacción positiva en el potencial cliente, es decir, que compre.
Las etapas del proceso de venta
- Exploración. Se hace una búsqueda de prospectos que pudieran tener una necesidad que tu producto o servicio pueda satisfacer y que estén en tu zona de operación.
- Acercamiento. Se busca establecer contacto con los potenciales clientes, investigando sobre ellos para abordarlos de la mejor manera.
- Presentación. Durante una llamada o visita, se ofrece el producto o servicio buscando primero captar la atención para luego mantener el interés, despertar un deseo y conseguir la acción de compra.
- Convencimiento. Se hace frente a las objeciones que el potencial cliente pudiera presentar y se resuelven sus dudas.
- Cierre. Constituye el propósito final del esfuerzo de venta y lograrlo requiere que se eche mano de una serie de técnicas de venta para lograr que el cliente haga la compra.
- Posventa. No basta con conseguir un cliente, hay que conservarlo, y toda la atención que se le brinde tras la compra ayudará a este fin.
Dado que todas las empresas tienen implementado este proceso como parte de su administración de ventas, es importante ofrecer un servicio de valor que distinga a tu empresa de la competencia y fidelice a tus clientes.
¿Cómo dar valor agregado?
Hay muchas formas de hacerlo y todas tienen como finalidad superar las expectativas de tus clientes para mantenerlos satisfechos e incluso para que te recomienden.
Algunas estrategias no representan costos para tu negocio, como un trato amable y un servicio rápido, pero otras pueden requerir que tus vendedores dispongan de un presupuesto para halagar a tus clientes.
Una forma inteligente de mantener un control de gastos de ese tipo es mediante una tarjeta de servicio como Empresarial Edenred, que de forma automática registra los gastos, verifica las facturas y realiza la tramitación de deducibilidad cuando aplica en aquellos gastos relacionados con los esfuerzos de ventas.
Algunos ejemplos de los beneficios que puedes ofrecer a tus clientes para mejorar su experiencia son:
- Esmerarte en la imagen de tu tienda u oficinas.
- Capacitar adecuadamente a tus empleados para que den un servicio de calidad.
- Utilizar la tecnología para optimizar el servicio al cliente desde el cobro hasta la entrega.
- Fomentar la relación con el cliente mediante regalos o salidas a comer.
- Ofrecer un producto o servicio adicional al adquirido.
La inversión que hagas en el valor agregado que ofrezcas a tus clientes la compensarás con creces, generando mayores ventas, y fidelidad y preferencia de tus clientes.