
El robo de combustible se ha convertido en un serio problema en nuestro país.
Cada vez son más los casos y han crecido los enfrentamientos entre las autoridades y los huachicoleros (ladrones de gasolina que la venden ilegalmente), quienes han formado intrincadas redes de distribución.
Según notas periodísticas, Petróleos Mexicanos (Pemex) está registrando pérdidas sin precedente por las fugas de sus ductos, a lo que se le suma el poco mantenimiento a su red de distribución en todo el país.
Es un problema que empezó a multiplicarse a principios de este año, cuando el gobierno decretó la liberación de los precios de los combustibles y el litro aumentó más del 20 por ciento.
Todos pierden
En un intento por controlar los costos de gasolina, muchos transportistas y automovilistas de varias partes del país han caído en la tentación de comprar gasolina barata, pero ilegal; decisión que, sin darse cuenta, les resulta mucho más costosa de lo que creen.
Primero que nada, Pemex ha advertido que comprar diésel y gasolina ilícita provoca daños serios a los vehículos. Las partículas contaminadas que ingresan a los motores obstruyen los inyectores, reduciendo drásticamente la vida útil de los mismos.
En sus alertas, la paraestatal indica que, según análisis de muestras, el combustible se contamina de inmediato a través del contacto con la tierra de donde se sustrae y del contacto con los recipientes en que se almacena, lo que altera su composición.
Tanto la tierra como las sustancias químicas contenidas en los recipientes se mezclan con los carburantes y estos de manera invisible ingresan al motor causando daños irreversibles.
Control permanente
No hay duda que cualquier operador de una empresa puede sentirse tentado a comprar gasolina ilícita solo por ahorrar unos cuantos pesos.
El mejor remedio es tener un estricto control de combustible conociendo las rutas asignadas a cada chofer, las distancias realmente recorridas y llevando mediciones de tiempos.
La gestión del consumo de gasolina en las flotas se puede lograr de diferentes maneras, pero la más recomendable siempre será manejando tarjetas electrónicas como Ticket Car®, de Edenred.
Este esquema permite no solo verificar que se estén consumiendo carburantes legales y limpios en estaciones autorizadas (que no causen daños a los motores de las unidades), sino que también sea un gasto 100% deducible con un solo comprobante CFDI por todos los consumos y controlable a través de herramientas que ayudan a ahorrar gasolina y hacer más eficientes las rutas y los tiempos de entrega.
Ahorros en todas partes
El uso de las tarjetas electrónicas de gasolina es el mejor disuasivo que puede tener una empresa para que los operadores no caigan en esas tentaciones ni se hagan cómplices de actos ilícitos.
Ofrecen un doble beneficio: representan un ahorro desde el punto de vista del presupuesto operativo y facilitan la deducibilidad fiscal del gasto en combustibles.
Consejos para ahorrar gasolina hay muchos, y todos dentro de la legalidad. No expongas a tu flota y a tus choferes, mejor asígnales monederos electrónicos de gasolina, que faciliten la compra, alejen a tu personal de los riesgos y a ti, te permitan un mayor control administrativo.